San Alfredo: naturaleza virgen y aguas cristalinas en el norte del país. San Alfredo, ubicado a 78 km de Concepción y a 494 km de Asunción, es uno de los destinos emergentes más encantadores del norte paraguayo. Su principal atractivo es el arroyo Tagatiyá, conocido por sus aguas cristalinas que corren sobre un lecho calcáreo rodeado de una exuberante vegetación. Este entorno natural, con playas de arena blanca, árboles nativos, tacuaras y helechos, convierte al Tagatiyá en un verdadero paraíso ecológico, ideal para la práctica de snorkel, observación de peces, senderismo, paseos a caballo y tirolesa. Conocido popularmente como “el Bonito Paraguayo”, por su semejanza con el famoso río brasileño, el Tagatiyá ha colocado a San Alfredo en el mapa del ecoturismo nacional. La historia de San Alfredo comienza como una zona de estancias, hasta que en los años 30 la llegada de una misión salesiana impulsó el desarrollo de la industria forestal. La madera se transportaba desde los densos bosques cercanos, hoy parte del Parque Nacional Paso Bravo y la Serranía de San Luis, hacia Puerto Alegre, sobre el río Paraguay, para su envío al sur del país y Argentina. El crecimiento de la colonia fue consolidándose con el tiempo y en 1955 recibió oficialmente el nombre de San Alfredo, en homenaje al entonces nuevo presidente del Paraguay. Finalmente, en 2013, se convirtió en distrito independiente. La zona está bendecida con una riqueza natural impresionante. Además del Tagatiyá, también la atraviesan los arroyos Chararã, Pitanahoga y Tagatiyá-mí, todos de singular belleza. Su frontera natural con el distrito de Concepción está marcada por el imponente río Aquidabán. La pavimentación de su camino de acceso en 2014 abrió nuevas posibilidades para el desarrollo local, especialmente del turismo de naturaleza. Hoy, San Alfredo se perfila como un refugio perfecto para quienes buscan desconectarse, explorar paisajes vírgenes y disfrutar de las maravillas del norte profundo del Paraguay.