Nueva Italia, situada al sureste del Departamento Central, es conocida como tierra de labriegos por su abundante producción de piñas, batatas, tomates, melones, sandías y otros cultivos. Fue fundada a principios del siglo XX por inmigrantes italianos, quienes dejaron su impronta en la identidad agrícola y cultural de la ciudad. Esta ciudad se caracteriza por su tranquilidad y su entorno natural. Sus alrededores ofrecen serranías, arroyos y paisajes ideales para quienes disfrutan de la naturaleza. La población local se dedica principalmente a la agricultura y a diversas actividades comerciales. Nueva Italia no es una ciudad de paso: la ruta asfaltada termina en la ciudad, lo que la hace un destino en sí misma. Sin embargo, se proyecta que, una vez asfaltado el tramo hacia Carapeguá, los viajeros del sur del Departamento Central podrán atravesarla, reduciendo distancias y evitando las congestiones habituales de la Ruta I hasta Paraguarí. Entre los atractivos naturales se encuentra el arroyo Ca’añave, con aguas tranquilas y un cauce sinuoso, ideal para navegar en botes o kayaks. También destacan la serranía del Cerro Ñu, las colinas de Ita Ybaté, los humedales y esteros que forman el sistema hídrico del Lago Verá, y más al sur, los humedales del Lago Ypoá. La ciudad también conserva la tradición de las olerías, donde se producen ladrillos de barro de excelente calidad gracias a la humedad de la región. Otro momento imperdible para visitar Nueva Italia es entre agosto y septiembre, durante el florecimiento de los lapachos amarillos, cuando una plazoleta en la avenida principal se llena de color y belleza.