La Misión Jesuítica de Jesús de Tavarangue, una de las expresiones más completas del urbanismo jesuítico, fue fundada en 1685 por el Padre Jesuita Jerónimo Delfín a orillas del río Monday, en lo que hoy es el Departamento de Itapúa. Esta misión, que sufrió varias migraciones antes de llegar a su ubicación actual en 1758, se destacó por su grandiosa iglesia, una réplica de la Iglesia de Loyola en Italia, que jamás fue terminada debido a la expulsión de los jesuitas en 1767. A pesar de que la iglesia no fue concluida, su estructura monumental de piedra sigue siendo un testimonio de lo que hubiera sido una de las iglesias más grandes de la región. Este sitio fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1993 debido a su valor excepcional. La iglesia, diseñada por el arquitecto español Antonio Forcada, se distingue por sus arcos trilobulados, una característica de la arquitectura musulmana que también se encuentra en España. La misión se denomina Tavarangue, que significa "el pueblo que pudo haber sido", debido a la interrupción de su construcción tras la expulsión de los jesuitas. Hoy en día, la misión sigue siendo un lugar de gran interés histórico y cultural. Los visitantes pueden disfrutar de visitas diurnas todos los días de la semana, con horarios que varían según la temporada: de 07:00 a 17:30 h en invierno (de marzo a septiembre) y de 07:00 a 19:30 h en verano (de octubre a febrero). Además, se ofrece una proyección de videomapping 3D que revive la historia de las misiones jesuíticas, con horarios nocturnos a las 18:00 h en invierno y 20:00 h en verano. Las visitas diurnas tienen una duración de 40 minutos, mientras que la proyección nocturna dura aproximadamente 20 minutos. El espectáculo de videomapping 3D es una experiencia visual y sonora que cautiva a los visitantes, llevando a la misión a cobrar vida bajo los últimos rayos del sol. La atmósfera mística, rodeada de un paisaje paradisíaco, permite a los viajeros sumergirse en la historia de las misiones jesuíticas y la convivencia con los pueblos guaraníes, mientras las imágenes gigantes y las oraciones en guaraní, latín y español llenan el espacio. La Misión de Jesús de Tavarangue es sin duda un lugar único en Paraguay, que no solo permite conocer su fascinante historia, sino también vivir una experiencia sensorial incomparable.